jueves, 18 de abril de 2013

Filosofía y democracia como parte de la sociedad




FILOSOFÍA Y DEMOCRACIA COMO PARTE DE LA UNIVERSIDAD

¿DE QUE MANERA PODRÍAMOS CONTEXTUALIZAR LA FILOSOFÍA  LA DEMOCRACIA Y LOS ETHOS EN EL CAMPUS UNIVERSITARIO?

Con exactitud, lo que se pretende con estos temas; es llegar a un mejor conocimiento y entendimiento respecto a lo que confiere sobre los estatutos que rige nuestra institución, por ende habría que aplicar las diversas formas y maneras que se explican en los textos comprendidos, y escritos por: los autores que nos muestran diversas maneras y formas de aplicación a la contextura y formación desde un punto de vista analítico y crítico, frente a los temas tratados por los estudiantes. De igual manera lo que se pretende es lograr hacer una descripción de la estructura que se viene manejando en el campo de la universidad, puntualizando de igual manera la  información. La información que se clasifica hace referencia a ciertos temas procedidos a continuación.

Estamos hablando de una crisis estructural pienso que de verdad en cierta parte es demasiado manejar la filosofía en nuestras vidas, pues en muy pocas ocasiones la aplicamos y por decirlo así solo la vemos porque en el colegio nos la dictan, pero nunca la aplicamos en nuestra vida cotidiana, la filosofía no solo hay que tomarla como una materia más del montón, porque en ella solucionamos muchos interrogantes que tenemos; digamos el "para que" de la vida, casi siempre preguntamos ¿qué?, ¿porque esto?, ¿porque lo otro?, pero nunca nos preguntamos el ¿para qué hacemos las cosas?, por ejemplo el profesor despierta al alumno la conciencia de su responsabilidad, también trasmite su conocimiento su forma de idear su ética y estética y aun su avance científico porque uno al educarse puede llegar a conocer o transformar la realidad humana enseñarse a pensar a ser. Uno muchas veces tiende a conformarse con lo más bajo, pasar una materia o un año educativo “Raspando” como decimos vulgarmente tal vez falta de motivación o concentración y hasta de sed de conocimiento, por eso somos tan conformistas con todo no trabajamos por ser los mejores solo por “PASAR Y YA” pero esos pocos conocimientos con el tiempo se nos olvidan y no lo aplicamos más en nuestro diario vivir.

En otras palabras: el enfrentamiento contemporáneo entre cierta racionalidad protagónica, reduccionista y unilateral, y el escepticismo radical de quienes incluso acusan al concepto de verdad y de eficiencia de la modernidad de ser el origen de las barbaries contemporáneas, no puede ser resuelto en ninguno de los dos extremos, ya que son incompatibles: lo que para el moderno es falso, es para el posmoderno sólo lo que aquél no comprende, y viceversa. 

Una posición mediadora como la que buscan hoy quienes promovemos una racionalidad comunicativa, es la que se esfuerza por comprender cada uno de los extremos en su contexto y en su tradición, antes de juzgar acerca de su sentido de la vida, su concepción del mundo o de la verdad.

Es posible que si desde dicha posición mediadora se logra hacer reconocer a los Partidarios de uno y otro extremo de “certeza y de verdad” que en su contexto hay Problemas y asuntos que no pueden ser interpretados correctamente ni resueltos Adecuadamente, quizá se pueda abrir su horizonte hacia otras perspectivas y Paradigmas.

La relación de la universidad con la sociedad podría decirse que es sumamente compleja y por ende hoy los determinantes económicos del mercado impulsan con vigor esas tendencias. Si los jóvenes no adquieren experiencia en el análisis crítico, en la percepción de lo que hoy sucede –experiencia que parecería poder dar sólo una universidad que sea tal y no la suerte de academia profesional en que se está convirtiendo entre nosotros–corremos el riesgo de perder nuestras reservas de capacidad y calidad humanas, esenciales para el análisis crítico de la realidad. Por eso, deberíamos analizar la posibilidad de que la universidad no sólo deba adaptarse a la sociedad, “responder a la demanda”, como se exige creciente mente, sino que esa realidad preste más atención a lo que se piensa en la universidad.

Tal vez una de las características que mejor define la situación de la universidad actual sea el intento de incorporarla de manera acelerada a la lógica empresarial y comercial que hoy domina todas las esferas del quehacer humano. Se instala con fuerza avasalladora la idea de que, para justificar su existencia, la universidad debe exhibir resultados mensurables y comercializables. De allí que se apliquen a la institución y a sus “productos”, los mismos criterios con los que se juzga la productividad y la eficiencia de las empresas que comercializan bienes, en este caso la educación. Esta lógica empresarial ha conquistado de manera acelerada un territorio que, hasta no hace mucho, estaba ligado a valores culturales y académicos y no a los puramente materiales y comerciales. Parecería que no se advierte que resulta imposible aplicar la lógica de las empresas a un “producto” tan difícil de definir como “un estudiante educado” o un “conocimiento significativo”.

Finalmente, mostramos las tensiones que se desarrollaron entre el ethos y el kairos, y cómo en esta interrelación surge el problema de perspectivas, propio de la actividad política. Los debates sobre la orientación de la universidad llevarán a identificar la doble tarea de la misión: el estar a la altura de las exigencias de la globalización y, especialmente, contribuir a la construcción de un proyecto de Nación o de construcción de la Sociedad Civil.

Autor: Victor Hugo Uribe


Fuentes Bibliograficas:

ZULETA, Estanislao, “Educación y Democracia un Campo de Combate”, Séptima Edición, Medellín, 2009, Hombre Nuevo Editores.

JOIM ECHEVERRIT, Guillermo, “Universidad y sociedad. Relación conflictiva e imprescindible, Revista Universitaria “El Salmón, Edición XIV, Junio, 2009.

HOYOS, Vásquez Guillermo, “El Ethos de la Universidad”.

LONDOÑO, Zapata Oscar, “El legado Educativo contra cultural de Pink Floyd”, revista Universitaria “El salmón”

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